Lo llamaríamos cotrabajo como neologismo, pero todos lo conocemos como Coworking o espacio de trabajo colaborativo.
Un espacio de coworking engloba un área viva y llena de posibilidades. Al contrario de las oficinas tradicionales, el espíritu colaborativo y las nuevas ideas convierten estos espacios en lugares de sinergia y encuentro.
La oferta tradicional consistía en encontrar costosas oficinas o por el contrario trabajar desde casa, lo que podía ser poco productivo y costoso.
A día de la situación laboral ha cambiado en numerosos aspectos, entre ellos la economía se ha vuelto circular o colaborativa, dando lugar a nexos de unión como los espacios coworking. Al igual que surgen cientos de plataformas diseñadas para el trabajo en comunidad, ahorrando costes y aunando conocimientos; el auge de los colectivos coworkers es un paso fundamental.
En términos de medio ambiente también se trata de una revolución, la huella de CO2 es mucho menor en las oficinas compartidas debido al reparto energético. De igual manera que un autobús que 40 coches.
Los espacios colaborativos han llegado para hacernos la vida más cómoda y sencilla, no solamente se dividen los gastos comunes. Crean nexos de unión en un espacio, tranquilo, agradable y productivo.
Historia
Corría 1995 cuando se fundó en Berlín «C-Base» 17 informáticos se unieron para crear uno de los primeros Hacklabs o Hackspaces. La idea surgió para dar libertad y acceso público a internet, se consideran estos espacios como los precursores del movimiento.
Bernard DeKoven, un diseñador de videojuegos acuñó el término allá por 1999 para referirse a la manera de trabajar en remoto. Aunque su definición hacía más objeto a la manera de trabajar que el lugar en si mismo, el concepto terminó aunando tanto el espacio como la metodología de trabajo.
Pero no fue hasta 2005 cuando Brad Neuberg creó en San Francisco, lo que se considera como el primer espacio Coworking del mundo. Se llamó Hat Factory y estuvo operativo de 2005 hasta 2010. Contaba tan solo con una docena de mesas y varios espacios que servían para la vida comunitaria. Su primer residente fue Ray Baxter, un atleta y empresario que se convirtió en el primer coworker oficial del mundo.
Con el paso del tiempo mutó y actualmente su nombre es Citizen Space, la cual tienen distintas sedes repartidas por EEUU.
En 2010 se celebró por primera vez el Día Internacional del Coworking, el 9 de agosto quedó como día seleccionado para conmemorar esta fecha.
¿Qué es un coworker?
Un coworker puede ser un freelance, emprendedor, autónomo, teletrabajador o empresario.
El perfil medio de un coworker está ligado al trabajo de oficina, desde consultores, especialistas de marketing a comerciales o ingenieros. La flexibilidad que ofrecen estos espacios colaborativos son ideales para este perfil.
El espacio de trabajo de un coworker se complementa con las demás instalación del recinto, siendo habitual que cuente con una sala de reuniones o aula. Así como los demás servicios presentes tales como cocina, sala de descanso, etc.
Coworking en números
- Hay cerca de 20.000 espacios de coworking en todo el mundo a día de hoy.
- Cerca del 32% de los empleados están teletrabajando.
- Se prevé que cerca de 6 millones de personas estén trabajando de manera remota para el 2022.
- El 65% de los coworkers son menos de 40 años.
- Asia es el continente con más coworkings, tiene cerca de 12.000 espacios.
- El país con más locales colaborativos es EEUU, España ocupa el 4 lugar con casi 1000 espacios colaborativos.
Un crecimiento vertiginoso
Los espacios de trabajo suele estar completamente equipados para funcionar, contando con internet, baño, aire acondicionado y demás servicios. El ahorro monetario y medioambiental que conlleva es un beneficio mas añadido.
Los coworking son espacios libres de distracciones, diseñados por y para el trabajo como un oasis de tranquilidad en el que trabajar sin interrupciones. Ya sea en una oficina privada o mesas compartidas, el ambiente de trabajo esta exento del típico ajetreo de las oficinas al uso.
Otro de los valores añadidos es la imagen cara al publico, diferente a la vivienda común, no solamente estamos ganando en privacidad. Una sede física donde recibir a los clientes o al menos donde remitir en caso de necesidad da la confianza necesaria al cliente final.
Casos de éxito
Los beneficios que aporta el coworking son inumerables. Es el lugar de trabajo propicio para los contactos y sinergias. Al trabajar junto con otros coworkers surgen amistades, negocios y proyectos muy beneficios.
Los cuales han dado a empresas multimillonarias, como es el caso de Uber, que nació en The Yard (espacio de coworking ubicado en Manhattan) Spotify surgió en San Francisco, concretamente en el coworking RocketSpace. Y como último ejemplo, Instragram. Este monstruo de las redes sociales seg gestó en Dogpatch Labs, también en San Francisco.